Un comentario sobre la evolución artística de Rember Yahuarcani

Sandra Garcia
Un comentario sobre la evolución artística de Rember Yahuarcani
Imagen: El Jardín. CC BY-SA

Algunos artistas crean mundos con sus obras; mundos con paisaje, naturaleza y seres propios que, por su coherencia interna y aspecto seductor, son capaces de generar en la audiencia el deseo de inmersión dentro de ellos. Ese tipo de artista es, precisamente, Rember Yahuarcani1, pintor uitoto que actualmente tiene un lugar importante en la escena del arte contemporáneo peruano, con un prestigio que alcanza el plano internacional, y quien por estos días expone en el Centro cultural Británico.

Rember y Jitoma. Reencuentros por la trocha visual de Rember Yahuarcani, como se titula su exposición, ofrece un conjunto de 60 piezas que integra lienzos, llanchamas2 y dibujos elaborados entre 2003 y 2021. En él se pueden distinguir, de manera general, tres partes importantes de su obra: la de tipo etnográfica y mitológica (2003-2007), la de fondos neutros (2008-2021) y la de paisajes fantásticos (2016-2021), todas ellas representan etapas de la evolución formal y temática de su producción artística que ha sido dedicada a perennizar la memoria uitoto; en síntesis, la exposición evidencia el proceso de maduración de un artista que al día de hoy ofrece al mundo obras dignas de respeto y admiración.

Las llanchamas y lienzos correspondientes a los años 2003 y 2007 pertenecen a su etapa inicial, centrada en la representación de costumbres y mitos uitoto con un lenguaje figurativo. La factura de estas obras refleja su familiaridad con el trabajo pictórico que se cultivaba en el hogar de Rember Yahuarcani; sin embargo, este no le era exclusivo, ya que la pintura figurativa elaborada en las comunidades nativas ya era una tradición consolidada.

Pintura 'Preparación de la coca (2003)'

«Preparación de la coca (2003)»

Muchos años antes de que el artista naciera, la pintura entre uitotos se basaba en la realización de diseños geométricos sobre el cuerpo, instrumentos rituales o en las casas. Pero esto cambió aproximadamente en la segunda mitad del siglo XX, tiempo en que la Amazonia vivió un incremento importante en el número de turistas curiosos por conocer la vida indígena. Su visita fue un gran estímulo entre las comunidades nativas para la producción de objetos artesanales para la venta, y algunos investigadores, como Pablo Macera, concluyeron que esta pudo ser el origen de la tradición de la pintura figurativa en ellas. Este cambio drástico debe su permanencia a una confluencia de factores que lo alentaron, entre los cuales destacan: las recomendaciones que hicieron algunos investigadores a indígenas para retratar sobre el papel sus costumbres y creencias y los concursos de pintura que se promovieron en las comunidades nativas y rurales en las décadas de 1980 y 1990 (Yllia, 2011).

De esta manera, hay que considerar la tradición de la pintura figurativa como un quiebre en la historia de la pintura amazónica, producto de un nuevo contacto entre comunidades nativas y el mundo occidental, que incluyó además el uso de la llanchama como soporte bidimensional; cuestiones inéditas y muy diferentes a sus prácticas pictóricas ancestrales.

Este fue el medio en el que Rember Yahuarcani inició su actividad artística, de él aprendió tanto a pintar sobre llanchama con pigmentos naturales como su temática, que fue nutrida con las historias que le contaba su abuela paterna, Martha López, uitoto perteneciente al clan Aymenu y sobreviviente de la nefasta época del caucho. Su abuela fue una presencia importante que influyó al artista en su decisión de asumir su trabajo de pintor como un compromiso ético con sus ancestros. Debido a ello, su proceso creativo no se centró solamente en el acto de pintar, sino que asumió un trabajo de investigación constante sobre la memoria uitoto a través de experiencias rituales con el ampiri3 y de conversaciones con su padre Santiago y su abuela Martha (Belaúnde, 2008).

Pintura 'Cosmovisión femenina(2005)'

«Cosmovisión femenina (2005)»

Así, su obra inicial se caracterizó por tener una estrecha relación con la oralidad, de aquí que resulte esclarecedor escuchar la descripción del artista de algunas de sus pinturas. Asimismo, son representativos el carácter simbólico (que se mantiene como una constante en su obra) y los colores tenues de los pigmentos naturales que pronto empezaron a compartir espacio con los colores vivos e intensos del acrílico. Cabe resaltar que desde esta etapa se pueden reconocer rasgos que serán parte de su propuesta plástica de madurez, como la peculiar luminosidad —propia de sus personajes mitológicos y bosques— que ya aparece en Cosmovisión femenina (2005) (en la esquina superior derecha) y que es totalmente evidente en Rember y Jitoma (2007).

La pintura que realizó a partir del 2008 representa un cambio importante con respecto a su trabajo inicial. Rember Yahuarcani deseaba ser autor de obras que, como señala Belaúnde (2008), no se pudieran encasillar en el concepto exotizante de “arte indígena”; su aspiración era crear un arte que llegara a la sensibilidad del público por su calidad plástica sin dejar de lado el objetivo principal de expresar la memoria uitoto. Fruto de su búsqueda fueron sus icónicas pinturas de fondos neutros que sigue cultivando al día hoy. Estas se caracterizan por la representación individual o grupal de seres de la mitología uitoto, a quienes plasma independientes en un espacio que parece vacío y ya no como piezas de una historia que se representa sobre el lienzo, como sí era frecuente ver en su obra inicial.

El aspecto de estos seres adquirió una apariencia fantástica que combinaba estilizadas extremidades antropomorfas a veces con cabezas humanas, a veces con cabezas animales y, frecuentemente, con formas vegetales e imposibles. Su colorido se tornó más intenso debido a su efecto de luminiscencia y al cambio de los pigmentos naturales por los colores saturados del acrílico y la acuarela. Estos seres de formas fantásticas y de colorido intenso y luminoso contrastan sobre los fondos negros, blancos y grises y llaman al espectador sensible a tomar una actitud de miramiento.

Por otro lado, aunque las características mencionadas pueden, ciertamente, ajustarse a todo el conjunto de sus pinturas de fondos neutros, es necesario resaltar que estas no tienen el mismo acabado. Recordemos que este grupo se conforma por obras elaboradas entre 2008 y 2021 y a través de los años han habido matices en el tratamiento de las formas y el color. Al respecto, es curioso apreciar la transformación de su obra a partir del manejo de las líneas, que de toscas y estáticas en su etapa inicial se hicieron más delgadas y ágiles; como si el artista se hubiera propuesto atrapar en sus lienzos las formas más delicadas, profusas y poderosas de la naturaleza con un efecto de apariencia etérea y de movimiento continuo y orgánico. Dicho propósito estético, que me doy la libertad de atribuirle al artista, fue concretándose de modo progresivo en un proceso que es reconocible en sus pinturas de fondos neutros, ejemplifican esto Tejedores del monte (2009), La hija de la garza (2009), Uitotas (2011) y Jitoma (2021).

Pintura 'Tejedores del monte (2009)'

«Tejedores del monte (2009)»

Pintura 'La hija de la garza (2009)'

«La hija de la garza (2009)»

Pintura 'Uitotas (2011)'

«Uitotas (2011)»

Pintura 'Jítoma (2021)'

«Jítoma (2021)»

Otra parte de su obra es la que viene realizando desde el 2016, pues sus temas se han alejado más de la narración mitológica para representar una narrativa personal y los fondos han dejado de aludir al vacío para brindar un entorno que contextualiza la acción de los personajes y que en algunas logra un efecto de profundidad inédita; considero que la obra que mejor ejemplifica este giro en el tratamiento del espacio es Cada arte a su tiempo (2021).

Esta resulta bastante peculiar, porque es una alegoría de la tesis del artista sobre el arte contemporáneo indígena que por estos años goza de un importante lugar en el panorama actual del arte, dentro y fuera del país. Esta propuesta fue planteada textualmente en su artículo ¿Qué hay detrás de la moda del arte amazónico? Una mirada hacia el futuro, en el cual afirma que las artes indígenas contemporáneas pueden trascender en la historia del arte peruano si se cumplen ciertas condiciones o extinguirse o estancarse de ocurrir lo contrario.

En el cuadro, el arte indígena amazónico está representado por la balsa que aparece en tres distintas escenas figurando los tres destinos que podría tener el arte indígena según la propuesta de Yahuarcani. En la parte central de la pintura se puede observar una balsa que cae hacia aguas profundas, también una balsa que se hunde paulatinamente y cuya trayectoria termina entre las ramas de un árbol; estas dos escenas representan la extinción y el estancamiento del arte indígena, respectivamente. Por otra lado, en la esquina inferior izquierda de la pintura se puede reconocer otra balsa que avanza con sus navegantes abordo, su dirección es sugerida por la serpiente arcoiris, que cruza el cuadro en un movimiento ondulante y traspasa las grandes nubes de tormenta, lo cual haría referencia al logro de la trascendencia del arte indígena.

Pintura 'Cada arte a su tiempo (2021)'

«Cada arte a su tiempo (2021)»

El lienzo aunque presenta un tema marcadamente diferente al resto de sus pinturas consigue integrarse sin ningún problema al universo pictórico de seres mitológicos del artista gracias a la coherencia de su estilo, lo cual es indicador de su madurez plástica. De esta obra podríamos comentar varias cuestiones por la complejidad de la composición y por su lenguaje simbólico, pero debido a la naturaleza de la publicación, solo destacaré el inédito aspecto grave que tienen algunas escenas, como aquella en la que peces se encuentran atrapados entre las ramas de unos árboles. Similares sucesos aparecen en cuadros como El territorio de los abuelos (2021), donde se observa por ejemplo un personaje que se ha ahorcado, asimismo en Los de la otra orilla (2021) o en De donde venimos (2018) hay detalles dramáticos. Todo ello nos pone frente a esa parte crítica que siempre tuvo lugar en el discurso de Rember Yahuarcani, pero que solo hasta ahora ha pasado a integrar la temática de su obra.

En consecuencia, si queremos realmente comprender la propuesta artística de Rember Yahuarcani debemos estar dispuestos a reflexionar con él sobre el contexto actual del bosque amazónico y sus habitantes, teniendo en cuenta, también, su historia. Rember Yahuarcani por medio de sus cuadros pone sobre la mesa temas como la violencia del estado peruano sobre las naciones indígenas, la discriminación occidental hacia las “otras” formas de comprender el mundo y el peligro que corren los territorios de la selva; todos ellos preocupantes y urgentes en el actual contexto de crisis de la Amazonia provocada por la tala indiscriminada de árboles, la minería que contamina los ríos, el narcotráfico y el total peligro al que están expuestos los defensores de la Amazonia, como queda evidenciado en el artículo Morir por la tierra de Ojo Público. Estos son asuntos que merecen más atención, por eso vale la pena conocer personalmente la obra de este artista que, estoy segura, formará parte de un capítulo importante en la historia del arte peruano.

Finalmente, no quiero dejar pasar la oportunidad de resaltar ese carácter “activista” que hay en la propuesta de Rember Yahuarcani. Es curioso escuchar a un artista decir, en estos tiempos, que su obra tiene una finalidad o que cumple ciertos objetivos, afirmación que no solo proviene de Rember Yahuarcani sino que es extensiva a buena parte de los artistas indígenas contemporáneos. Esto es llamativo, sobretodo, porque desde hace tiempo no hay en el arte contemporáneo peruano un colectivo de pintores que genere debate; sin embargo, una marea verde empieza a agitarlo.

Datos:

La exposición va hasta el 18 de diciembre y el artista realiza visitas guiadas, para mayor información consultar con el Centro Cultural Británico.

El horario es de martes a jueves de 10:00 a 11:30 a.m. y de 1:00 a 5:30 p.m. y viernes y sábados de 1:00 a 8:30 p.m.; el lugar, la Galería John Harriman (Calle Bellavista 531 - Miraflores)

Bibliografía

Yllia, M. (2011). Transformación e identidad en la estética amazónica, la pintura sobre llanchama del artista bora Víctor Churay Roque [Tesis de licenciatura, UNMSM].

Belaunde, L. (2008). La narración de la memoria Aymenu (Uitoto) en la pintura de Rember. Tellus, año 8, n. 14, pp. 247-255.


  1. Rember Yahuarcani nació en 1986 en la comunidad nativa de Ancón Colonia en la provincia de Mariscal Ramón Castilla del departamento de Loreto, asciende de diferentes grupos étnicos, entre ellos, de los uitoto por parte de su abuela paterna Martha López del clan Aymenu (Garza Blanca). ↩︎

  2. Corteza de algunos árboles que se usaba como tela para la elaboración de vestimentas y otros artefactos utilitarios y rituales entre los grupos étnicos de la Amazonía y que desde el siglo XX es usado como lienzo para pintar (Yllia, 2001). ↩︎

  3. Sustancia sicoactiva entre los uitoto. Se trata de una pasta de tabaco que se combina con sal de monte (Belaúnde, 2008). ↩︎